En el
cuento titulado "Los Gallinazos Sin Plumas", el autor Julio Ramón
Ribeyro describe situaciones de violencia donde personajes marginales,
olvidados y desamparados viven una realidad donde están inmersos a la
indolencia en una sociedad cruel y perversa. En sus relatos, refleja realidades
que limitan los derechos de sus protagonistas, llevándolos, tarde o temprano, a
un inevitable desenlace y a una resignación forzada, como se evidencia en una
parte de la obra:
Efraín y Enrique después de un breve descanso, empiezan su
trabajo. Cada uno escoge una acera de calle. Los cubos de basura están
alineados delante de las puertas. Hay que vaciarlos íntegramente y luego
comenzar la exploración. Un cubo de basura es siempre una caja de sorpresas. Se
encuentran latas de sardinas, zapatos viejos, pedazos de pan, pericotes
muertos, algodones inmundos. A ellos sólo les interesan los restos de comida.
En el fondo del chiquero, Pascual recibe cualquier cosa y tiene predilección
por las verduras ligeramente descompuestas. La pequeña lata de cada uno se va
llenando de tomates podridos, pedazos de sebo, extrañas salsas que no figuran
en ningún manual de cocina. No es raro, sin embargo, hacer un hallazgo valioso.
Un día Efraín encontró unos tirantes con los que fabricó una honda. Otra vez
una pera casi buena que devoró en el acto (Ribeyro, 1955, pág. 10-11).
En el fragmento, se evidencia una escena
desgarradora de explotación infantil. Ribeyro quiso dar a conocer distintos
aspectos como la pobreza, rechazo y el abuso que sufrían los niños. La caja de
sorpresas, que se menciona, hace alusión a las diferentes circunstancias que en
la vida experimentamos, pues no siempre encontramos con lo que esperamos, sino
que la vida nos ofrece realidades diferentes. De igual manera, cuando menciona
al cerdo, para hacernos entender que muchos viven a expensas de gente inocente,
solo se dedican a consumir básicamente lo que les agrada, la gente holgazana
poco contribuye con su familia y mucho menos con la sociedad.
Esta cruda realidad latente en nuestros días
es clara muestra de las diferencias sociales en donde existen personan que
gozan completamente de todo, así como otros que carecen de lo más mínimo. Todo
ello nos lleva a cuestionarnos sobre el rol que venimos cumpliendo cada uno de
nosotros por superar estas brechas sociales que denigran a la niñez.
En otro fragmento el autor presenta una serie de actos en el que se
describe la situación de los personajes, donde se puede evidenciar maltrato
psicológico, se vulnera la salud metal, manipulación y opresión de sus derechos
que por lo general los niños deberían disfrutar en cada etapa de su vida, donde
lo antes mencionado tiene una similitud en muchos círculos familiares donde los
niños quedan desprotegidos ante los abusos cometidos por diferentes familiares,
por otro lado nos redacta un hecho que se vive en la realidad actual
descuidando lo más delicado que es la niñes.
A la mañana siguiente Enrique amaneció resfriado. El viejo, que lo sintió estornudar en la madrugada, no dijo nada. En el fondo, sin embargo, presentía una catástrofe. Si Enrique enfermaba, ¿quién se ocuparía de Pascual? La voracidad del cerdo crecía con su gordura. Gruñía por las tardes con el hocico enterrado en el fango. Del corralón de Nemesio, que vivía a una cuadra, se habían venido a quejar. Al segundo día sucedió lo inevitable: Enrique no se pudo levantar. Había tosido toda la noche y la mañana lo sorprendió temblando, quemado por la fiebre. - ¿Tú también? -preguntó el abuelo. Enrique señaló su pecho, que roncaba. El abuelo salió furioso del cuarto. Cinco minutos después regresó. - ¡Está muy mal engañarme de esta manera! -plañía-. Abusan de mí porque no puedo caminar. Saben bien que soy viejo, que soy cojo. ¡De otra manera los mandaría al diablo y me ocuparía yo solo de Pascual! Efraín se despertó quejándose y Enrique comenzó a toser. - ¡Pero no importa! Yo me encargaré de él. ¡Ustedes son basura, nada más que basura! ¡Unos pobres gallinazos sin plumas! Ya verán cómo les saco ventaja. El abuelo está fuerte todavía. ¡Pero eso sí, hoy día no habrá comida para ustedes! ¡No habrá comida hasta que no puedan levantarse y trabajar (Ribeyro, 1955, pág. 10-11)!
El
fragmento seleccionado se evidencia claramente una escena lamentable, pues los
lectores están frente a un maltrato infantil.
Se describe de forma explícita la escena; es más, se identifica la
crueldad y el abuso que sufrían a manos del viejo. El abuelo cuestiona a los
niños, quien se hará cargo de Pascual. Este acontecimiento nos muestra las
crueles intenciones del viejo. En el diálogo que sostiene con sus nietos este
hace la pregunta, ¿quién se ocuparía de Pascual? desde la perspectiva de no
querer saber realmente si los niños estaban en condiciones de realizar su
trabajo; lo que noto más bien es el afán de ejercer una posición de poder y
aprovechamiento para lograr su objetivo.
Lo que apreciamos notoriamente es la deshumanización, se ha
llegado a extremos en que nos dejamos llevar por intereses mezquinos, el apego
al dinero y al poder que predominan sobre la vida de las personas. Esa
situación descrita en el fragmento, representa a cuánta persona indefensa de la
sociedad, muchas veces son tratadas como verdaderos gallinazos sin plumas; es
decir no tienen para sustentarse sus necesidades básicas.
El autor en cada relato describe diversas
situaciones de maltrato infantil, en donde los niños protagonistas enfrentan
situaciones que reflejan la cruda realidad, en el siguiente fragmento
se evidencia que los niños después de haber pasado por distintas circunstancias
al final obtienen su libertad.
¡Pronto! Exclamo
Enrique precipitándose sobre su hermano- ¡Pronto¡, Efraín el viejo se ha caído
al chiquero debemos de irnos de acá - ¿A dónde? - pregunto Efraín. -
¡A donde sea, al
muladar, donde podamos comer algo, donde los gallinazos ¡
- ¡No me puedo parar
¡Enrique cogió a su hermano con ambas manos y lo estrechó contra su pecho!
Abrazados hasta formar una sola persona cruzaron lentamente el corralón. Cuando
abrieron el portón de la calle se dieron cuenta que la hora celeste había
terminado y que la ciudad, despierta y viva, abría ante ellos su gigantesca
mandíbula. Desde el chiquero llegaba el rumor de una batalla. (Ribeyro, 1955, pág.20).
Ribeyro a través de este cuento nos deja en
claro que después de los maltratos, abusos, desigualdad e injusticia que
sufrieron los personajes por parte de una persona con autoridad se puede
comenzar una mejor vida con búsqueda de un nuevo camino para salir adelante, en
donde no se oprima ningún derecho y se disfrute de su libertad que fueron arrebatados,
lo bonito del relato es el hecho de alcanzar la libertad, eso que todos los seres
humanos anhelamos.
En “los Gallinazos Sin Plumas” el autor nos
da a entender que todos los niños deberían, priorizar y gozar de sus derechos, siendo
así personas libres para disfrutar de una vida llena de plenitud evitando
cualquier tipo de violencia y maltrato, de igual manera poseer una vida digna
llena de principios. Además, es importante valorar y respetar la integridad de
los niños, incluyendo sus derechos debido a que son personas vulnerables que
merecen protección y cuidado para su desarrollo, al garantizar sus derechos, se
promueve un entorno seguro y propicio para que puedan crecer de manera
saludable, sin sufrir daños físicos o emocionales. Asimismo, al proteger los derechos
de los niños, se contribuye a la construcción de una sociedad más justa,
equitativa y respetuosa, donde se fomente el respeto mutuo y la igualdad de
oportunidades para todos.
REFERENCIAS
Ribeyro, J. (s.f.).2024
Cuentos de Julio Ramón. https://edisciplinas.usp.br/pluginfile.php/2820471/mod_resource/content/1/CUENTOS%20DE%20JULIO%20RAMON.pdf
(Ribeyro, 1955, pág. 10-11).
https://edisciplinas.usp.br/pluginfile.php/2820471/mod_resource/content/1/CUENTOS%20DE%20JULIO%20RAMON.pdf
(Ribeyro, 1955, pág. 10-11).
(Ribeyro, 1955, pág.20).
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