El libro "
La palabra del mudo", del cuento que da
título a esta obra de Julio Ramón Ribeyro, nos sumerge en un relato donde la
pobreza, la injusticia y la explotación infantil son predominante. Los
personajes marginados y olvidados de esta narración viven bajo la indolencia de
una sociedad que los ha abandonado, lo que demuestra la crudeza y la
desesperanza de sus vidas cotidianas, junto con la gula insaciable del cerdo
Pascual. El autor menciona:
“Presentía una catástrofe. Si Enrique enfermaba, ¿quién se
ocuparía de Pascual? La voracidad del cerdo crecía con su gordura. Gruñía por
las tardes con el hocico enterrado en el fango” (Ribeyro, 1955, p.5).
En el fragmento mencionado, Ribeyro transmite la preocupación del
abuelo, su actitud insensible y su incapacidad para ordenar a su nieto, ya que
debería preocuparse primero por su familia en lugar de un animal. La voracidad
del cerdo Pascual se convierte en una metáfora de la insaciable demanda de
trabajo y sacrificio que la pobreza impone sobre los más vulnerables. Esta
situación refleja la injusticia y la explotación infantil en la que viven los
niños, y cómo las estructuras de autoridad y exclusión en la sociedad perpetúan
estas condiciones.
“- ¡Pero no importa! Yo me encargaré de él. ¡Ustedes son basura,
nada más que basura! ¡Unos pobres gallinazos sin plumas! ... ¡Pero eso sí, hoy
día no habrá comida para ustedes! ¡No habrá comida hasta que no puedan
levantarse y trabajar!” (Ribeyro, 1955, p.6).
La segunda parte del fragmento muestra la crueldad y el desprecio
absoluto del abuelo Don Santos hacia sus nietos. Con palabras fuertes,
"¡Ustedes son basura, nada más que basura! ¡Unos pobres gallinazos sin
plumas!", no solo deshumanizan a los niños, sino que también dañan
profundamente su bienestar psicológico. Este abuso verbal se suma a la
explotación física que sufren, obligados a buscar desperdicios en un muladar
como si fueran animales en busca de comida, siendo una tarea que pone en riesgo
su salud. La amenaza de negarles comida hasta que puedan levantarse y trabajar
evidencia no solo la crisis de su situación, sino también la completa falta de
principios éticos y familiares de Don Santos. Ribeyro nos demuestra en el
fragmento mencionado las condiciones de vida de los niños y la desesperanza que
enfrentan diariamente en su hogar.
El texto pone al lector reflexionar sobre las condiciones
inhumanas que muchos niños enfrentan debido a la pobreza extrema. Ribeyro nos
lleva a cuestionar los sistemas sociales que perpetúan la discriminación y el
abuso infantil. ¿Cómo es posible que en pleno siglo XXI aún existan niños en
condiciones similares a las de Enrique y Efraín? ¿Qué responsabilidad tenemos
como sociedad para erradicar estas injusticias? Esta obra no solo sirve como
una crítica a la época en la que fue escrita, sino también como un llamado de
atención contemporáneo para promover la justicia y la igualdad en todas las
esferas sociales. La figura del cerdo Pascual, con su gula, es una metáfora
potente de la demanda insaciable de trabajo y sacrificio que el sistema impone
sobre los más indefensos, recordándonos la urgente necesidad de un cambio
estructural y humanitario.
El cuento sigue demostrándonos circunstancias difíciles que
enfrentan los personajes a través de fragmentos que muestran en el texto directo a la crueldad de su entorno y
situaciones como esta:
“-Bien, bien -dijo rascándose la barba rala y cogiendo a Efraín
del pescuezo lo arreó hacia el cuarto -. ¡Los enfermos a la cama! ¡A podrirse
sobre el colchón! Y tú harás la tarea de tu hermano. ¡Vete ahora mismo al
muladar!” (Ribeyro, 1955, p.4).
En nuestro mundo ocurren
muchos acontecimientos injustos, pero hay situaciones extremas donde la
injusticia es total, especialmente cuando involucra a niños. En el cuento de
Ribeyro, se muestra una realidad familiar llena de injusticias, donde Efraín y
Enrique no solo son maltratados física y verbalmente por su abuelo, sino
también manipulados y obligados a realizar trabajos extremos en condiciones
infrahumanas. El fragmento mencionado
anteriormente demuestra que Efraín, a pesar de tener el pie lesionado, debía
trabajar para evitar ser agredido por su abuelo, y Enrique, aunque enfermo,
debía trabajar por ambos para evitar el castigo y el hambre. Esta situación,
aunque injusta, es parte de nuestra realidad social, como Ribeyro lo presenta
en su cuento con su estilo característico (Maylle, 2021, p.47).
“A mediodía se arrastraba hasta la esquina del terreno donde
crecían verduras y preparaba su almuerzo, que devoraba en secreto. A veces
aventaba a la cama de sus nietos alguna lechuga o una zanahoria cruda, con el
propósito de excitar su apetito creyendo así hacer más refinado su castigo”
(Ribeyro, 1955, p.6).
Ribeyro describe una de
las injusticias más crueles de nuestra realidad social a través del personaje
de Don Santos, quien se alimenta a escondidas de sus nietos, dejándolos en
ayuno. Lo más perturbador es que, ocasionalmente, le lanzaba una lechuga o una
zanahoria a la cama para provocar su hambre, incrementando así su sufrimiento y
desesperación. Estos actos inhumanos y degradantes son especialmente
impactantes porque afectan a niños y ocurren dentro de su propio entorno
familiar, lo que resalta aún más la crueldad y la injusticia de su situación
(Maylle, 2021, p.48).
La crueldad de un abuelo
que maltrata física, mental y verbalmente a sus nietos, obligándolos a trabajar
en condiciones infrahumanas pese a sus lesiones y enfermedades, y que se
alimenta a escondidas mientras los deja en ayuno, resalto la negligencia y el
abuso de poder en el ámbito doméstico. Estas acciones no solo reflejan una
deshumanización alarmante, sino también la indiferencia de la sociedad y la
falta de intervención por parte de las instituciones encargadas de proteger a
los más vulnerables.
Finalmente, considero
que, aunque el cuento pertenece a una época pasada, las acciones y situaciones
que presenta siguen siendo relevantes hoy en día. El abuso, la discriminación,
los estatus y los sistemas sociales
abordan una protesta que nos lleva a la reflexión social:
“- ¡Pedro, ven aquí! ¿Dónde estás, Pedro? Nadie le respondió...
Enrique tuvo un mal presentimiento. De un salto se acercó al viejo. - ¿Dónde
está Pedro? Su mirada descendió al chiquero. Pascual devoraba algo en medio del
lodo. Aún quedaban las piernas y el rabo del
perro” (Ribeyro, 1955, p.8).
Este texto que revela
una situación desgarradora, tristeza y traumatizante para Enrique al descubrir
con la mirada que su mascota, Pedro, haya sido devorado por el cerdo Pascual.
Demuestra hasta dónde es capaz de llegar su abuelo, matando a un animal
inocente y sin piedad, ofreciendo su cadáver al cerdo para saciar su hambre
voraz.
“- ¡Pronto, Efraín! ¡El
viejo se ha caído al chiquero! ¿Debemos irnos de acá! - ¿Adónde? … - ¿Adónde sea, al muladar, donde podamos
comer algo, donde los gallinazos! ... - Enrique cogió a su hermano con ambas manos y
lo estrechó contra su pecho. Abrazados hasta formar una sola persona cruzaron
lentamente el corralón. Cuando abrieron el portón de la calle se dieron cuenta
que la hora celeste había terminado y que la ciudad, despierta y viva, abría
ante ellos su gigantesca mandíbula” (Ribeyro, 1955, p.9).
El respeto que
demostraban los nietos desapareció por el miedo y el abuso que recibían de su
abuelo, reflejando cómo la propia ambición y dedicación del abuelo serían su
perdición. La decisión de Enrique y Efraín de escapar surge de haber alcanzado
su límite de tolerancia, prefiriendo la incertidumbre de la calle a la continua
humillación en su hogar. Ribeyro, a través de este fragmento, nos invita a
reflexionar sobre los límites de la resistencia humana frente al abuso y la
importancia de la solidaridad como motor de cambio para romper las cadenas
opresivas. La ciudad, con su "gigantesca mandíbula", representa tanto
el peligro como la esperanza, destacando la dualidad de su situación: abandonar
una fuente de sufrimiento para buscar una vida de paz y tranquilidad.
Considero estos fragmentos
muy importantes por el mensaje que transmiten sobre superar los miedos y
aprovechar las oportunidades que la vida nos brinda para madurar. Reflejan cómo
escapar del ciclo constante de maltrato y explotación permite ver cómo la
conducta humana puede evolucionar pese a las adversidades que perpetúan estas
injusticias. Muestran que es posible superar los obstáculos y encontrar paz
fuera de los problemas. "Los gallinazos sin plumas" busca
sensibilizar y hacer reflexionar al lector sobre la explotación, transmitiendo
que este impacto social debe terminar para que haya paz y unión con el prójimo.
Referencias:
Figura
1. Portada del libro "La palabra del mudo" de Julio Ramón
Ribeyro. (Fotografía tomada).
Figura
2. Página del cuento "Los gallinazos sin plumas" de Julio Ramón
Ribeyro en La palabra del mudo. (Fotografía tomada).
Maylle Silva, W. (2021). La
realidad social en el cuento Los gallinazos sin plumas de Julio Ramón
Ribeyro-2021. [tesis de licenciatura, Universidad Nacional Hermilio
Valdizán]. https://repositorio.unheval.edu.pe/bitstream/handle/20.500.13080/6951/TEDL00262M32.pdf?sequence=1&isAllowed=y
Ribeyro
Zúñiga, J. R. (1955). Los gallinazos sin
plumas. [Archivo PDF]. https://edisciplinas.usp.br/pluginfile.php/2820471/mod_resource/content/1/CUENTOS%20DE%20JULIO%20RAMON.pdf

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