"El señor de las moscas”, una de las obras más conocidas y
significativas de William Golding, fue publicada en 1954 y galardonada con el Premio
Nobel de Literatura en 1983. Esta novela es un
experimento que utiliza la ficción para abordar temas bastante complejos.
Golding nos narra de manera muy sutil la historia de un grupo de niños ingleses
varados en una isla desierta. A lo largo de toda la novela, el autor coloca a
sus protagonistas en situaciones críticas en las que su verdadera naturaleza
humana sale a flote, lo que permite abordar varios temas en particular: el
liderazgo, la pérdida de la inocencia, la crueldad, el miedo y la lucha por el
poder. Un fragmento que ilustra el liderazgo se encuentra cuando Ralph, uno de
los personajes, dice:
— Escuchad todos.
Necesito un poco de tiempo para pensar las cosas. No puedo decidir nada así de
repente. Si esto no es una isla, nos podrán rescatar en seguida. Así que
tenemos que decidir si es una isla o no. Tenéis que quedaros todos aquí y
esperar. (Golding, 1954, p. 18).
En dicho pasaje, Ralph representa la necesidad de un liderazgo
reflexivo y estratégico en situaciones de crisis, tanto en la ficción como en
la realidad. Su enfoque en la toma de decisiones deliberadas y planificadas
resalta la importancia de la gestión efectiva de emergencias y desafíos. Del
mismo modo la utilización de la caracola como símbolo de autoridad y orden
subraya la necesidad de establecer estructuras claras de liderazgo y
comunicación para mantener la cohesión y la colaboración en momentos difíciles.
Este análisis nos lleva a reflexionar sobre la importancia de la
planificación, la toma de decisiones estratégicas y la colaboración en
situaciones de adversidad. También nos lleva a considerar cómo nuestras
acciones y elecciones pueden influir en nuestro destino y en el de los demás,
destacando la importancia de la responsabilidad y la cooperación en la búsqueda
de soluciones a los problemas que enfrentamos.
Otro de los fragmentos que evidencia las situaciones críticas en
las que el autor coloca a sus personajes es cuando Jack, un niño civilizado,
sufre un proceso de transformación a un líder despótico y desafía abiertamente
la autoridad de Ralph, utilizando la violencia y la crueldad, Golding describe:
Bruscamente, Jack se separó de la
tribu y empezó a gritar enfurecido:
—¿Ves? ¿Ves? ¡Eso es lo que te espera! ¡Lo
digo en serio! ¡Te has quedado sin caracola! Corrió inclinado hacia delante.
—¡Soy el Jefe!
Con maldad, con la peor intención,
arrojó su lanza contra Ralph. La punta rasgó la piel y la carne sobre las
costillas de Ralph; se partió y se fue a parar al agua.
(Golding, 1954, p.161).
Este pasaje nos muestra que la acción de Jack al arrojar su lanza
hacia Ralph es un acto tanto físico como simbólico, ya que no solo es un
intento de herirlo físicamente, sino también es un acto que simboliza desafío y
dominación. Al afirmar que él es el jefe y actuar con malicia busca imponer su
voluntad sobre todos los demás, estableciéndose como líder empleando la
violencia para lograrlo. La herida de Ralph, aunque no es grave, representa el
peligro y la amenaza que enfrentamos muchas veces en nuestra vida. Más allá del
dolor físico, el episodio encapsula la brutalidad y la crueldad que nace en la
lucha por el poder, mostrando cómo la civilización puede desmoronarse muy
rápido en un estado de anarquía.
El fragmento nos invita a reflexionar sobre la fragilidad de la
civilización, el poder corruptor de la ambición y la facilidad como la
violencia puede surgir incluso de contextos aparentemente inocentes. Es una
historia que nos confronta con la complejidad del ser humano y una lucha
constante entre la razón y la crueldad.
Finalmente, la novela nos sumerge a una situación donde nos hace
empatizar con los personajes de modo que notemos el miedo palpable en los
niños, Golding manifiesta este temor a través de una bestia, una representación
física de los miedos internos de los niños, por lo que todo esto influye en sus
acciones y decisiones a lo largo de la historia. Además, utiliza el miedo como un instrumento
narrativo para así demostrar cómo la sociedad puede desmoronarse fácilmente,
revelando así la naturaleza humana, tal como sucede con los niños, donde el
miedo puede ser una fuerza destructiva que puede terminar en tragedia. Este
aspecto se evidencia claramente en el siguiente diálogo entre Simón y Piggy:
—¡Cállate, Simón! ¿Por
qué no fuiste capaz de decirles que no había ningún monstruo?
—Le tengo miedo —dijo
Piggy— y por eso le conozco. Si tienes miedo de alguien le odias, pero no
puedes dejar de pensar en él. Te engañas diciéndote que de verdad no es tan
malo, pero luego, cuando vuelves a verle... es como el asma, no te deja
respirar. (Golding, 1954, p. 84).
En este pasaje, con respecto al monstruo en la historia, podemos
decir que es la creación de los niños, el cual es alimentado por sus miedos y
ansiedades. Piggy reconoce este miedo y explica cómo el temor al monstruo puede
transformarse en odio. Esta dinámica refleja cómo en la vida real, a menudo
somos nosotros quienes generamos amenazas imaginarias basadas en nuestros
propios temores. El monstruo, tanto como metáfora de la naturaleza humana y
como entidad literal en la isla, simboliza la oscuridad y la violencia latente
que cada uno de los niños ha ido creando en el transcurso de los días. El
fragmento sugiere que nuestras mayores batallas suelen ser internas, con
nosotros mismos, reflejando nuestros miedos, prejuicios y deseos de crueldad.
En realidad, luchamos más con nuestras debilidades y limitaciones personales
que contra fuerzas externas.
Este fragmento nos invita a reflexionar sobre la importancia de
mantener la cordura y luchar con nuestros propios miedos. A través de este
pasaje, el autor nos muestra como en la obra el monstruo no es más que un
símbolo de miedo y temor por parte de los niños, que poco a poco se va
alimentando y convirtiéndose en odio. Lo que nos lleva a cuestionarnos,
¿Cuántas veces hemos convertido nuestros miedos en monstruos que desencadenan
nuestras mayores luchas internas? Este pequeño texto nos deja con la idea de
que mostrar nuestras cualidades y trabajar en equipo es mucho mejor que mostrar
nuestro lado negativo.
En conclusión, "El señor de las moscas" nos proporciona
una profunda reflexión sobre la naturaleza humana en situaciones límite. La
novela nos confronta con la dualidad inherente en cada uno de nosotros, mostrando
cómo bajo circunstancias extremas podemos revelar tanto nuestro lado más
altruista como nuestras inclinaciones hacia la crueldad y el caos. Más allá de
ser una narrativa ficticia, la obra subraya que la civilización no es un
atributo automático de la humanidad, sino una construcción social que requiere
esfuerzo constante para ser mantenida.
Nos invita a reflexionar sobre la importancia crucial de las
normas sociales, la educación y la moral en la creación de una sociedad justa y
pacífica. A través de sus personajes y eventos, Golding nos recuerda que la
civilización es un bien frágil que debe ser cuidadosamente protegido. Así, la
novela nos desafía a considerar cómo nuestras acciones y decisiones
individuales pueden influir en el curso de la historia, destacando la necesidad
de enfrentar nuestros propios impulsos y mantener un equilibrio ético incluso
en los momentos más difíciles.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
Golding, W. (1954). El señor de las moscas. Sedu Coahuila.. https://web.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/William%20Goldin%20-%20El%20Se%C3%B1or%20de%20las%20moscas.pdf
Golding, W. (s.f.).
OPINIONES EL SEÑOR DE LAS MOSCAS. Casa
del libro.
https://www.casadellibro.com/opiniones-libro/el-senor-de-las
moscas/9788420674179/1798908
Golding, W. (2023). 'El señor de las moscas', de Golding: el
viaje del ser humano de la civilización a lo primitivo.WMagazín.
https://wmagazin.com/relatos/el-senor-de-las-moscas-de-golding-el-viaje-del-ser
humano-de-la-civilizacion-a-lo-primitivo/#fragmento
La vanguardia. (2011). William
Golding, el autor de “El señor de las moscas”, gana el Nobel de Literatura.
La Vanguardia.
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