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martes, 25 de junio de 2024

INMERSOS EN LA CULTURA ANDINA DESDE LOS RÍOS PROFUNDOS


INMERSOS EN LA CULTURA ANDINA DESDE LOS RÍOS PROFUNDOS

    La novela "Los ríos profundos" de José María Arguedas Altamirano, es considerada como una ventana hacia el mundo andino peruano, brinda al lector una exploración profunda de sus costumbres, mitos y conflictos sociales. Paralelamente, nos transporta de manera magistral a la vida en los Andes, tejiendo un universo de contrastes y dualidades. Asimismo, se exploran temas universales como la violencia y el conflicto, manifestándose en diversas formas: desde las disputas entre comunidades hasta los enfrentamientos con la naturaleza misma. Un ejemplo de esta intrincada relación se presenta en el siguiente pasaje:

En ese gran precipicio tienen sus nidos los cernícalos de la quebrada. Cuando los cóndores y gavilanes pasan cerca, los cernícalos los atacan, se lanzan sobre las alas enormes y les clavan sus garras en el lomo. El cóndor es inerme ante el cernícalo; no puede defenderse, vuela agitando las alas, y el cernícalo se prende de él, cuando logra alcanzarlo. A veces, los gavilanes se quejan y chillan, cruzan la quebrada perseguidos por grupos de pequeños cernícalos. Esta ave ataca al cóndor y al gavilán en son de burla; les clava las garras y se remonta; se precipita otra vez y hiere el cuerpo de su víctima. Los indios, en mayo, cantan un huayno guerrero (…). El desafío es igual, al cernícalo, al gavilán o al cóndor. Junto a las grandes montañas, cerca de los precipicios donde anidan las aves de presa, cantan los indios en este mes seco y helado (Arguedas, 1958, p. 74)

    En este fragmento, Arguedas hace mención de tres aves rapaces, las cuales luchan por la supervivencia en un entorno natural difícil. El autor utiliza la descripción de la competencia entre aquellas aves para simbolizar las luchas y tensiones dentro de la sociedad peruana, donde diferentes grupos étnicos y sociales compiten por el poder. El énfasis en la supervivencia en un entorno difícil también podría reflejar las condiciones de vida precarias que enfrentan muchas comunidades indígenas en el Perú, pues justamente Arguedas tenía un profundo interés en destacar las realidades y los desafíos de estas comunidades marginadas, así como en explorar las complejas interacciones entre la cultura indígena y la sociedad dominante.

    Con este pasaje, el autor nos invita a reflexionar sobre la lucha por la supervivencia en un contexto de desigualdad. Asimismo, la imagen de cernícalos atacando a cóndores y gavilanes, desafiándolas con valentía y astucia a pesar de ser más grandes nos invita a reflexionar sobre cómo las apariencias suelen engañar, pues las criaturas más pequeñas suelen demostrar una fuerza y una determinación sorprendentes.

    Arguedas, busca dar voz a las comunidades indígenas del Perú, ofreciendo una visión enriquecedora y detallada de la realidad peruana mediante la creación de imágenes vividas y metáforas que ayudan a transmitir temas más amplios, como la conexión con la cultura nativa, las tradiciones y las vivencias de estas mismas. En este contexto, dentro de su obra se menciona que:

Las grandes piedras detienen el agua de esos ríos pequeños; y forman los remansos, las cascadas, los remolinos, los vados. Los puentes de madera o los puentes colgantes y las oroyas, se apoyan en ellas. En el sol, brillan. Es difícil escalarlas porque casi siempre son compactas y pulidas. Pero desde esas piedras se ve cómo se remonta el río, cómo aparece en los recodos, cómo en sus aguas se refleja la montaña. Los hombres nadan para alcanzar las grandes piedras, cortando el río, llegan a ellas y duermen allí. Porque de ningún otro sitio se oye mejor el sonido del agua. En los ríos anchos y grandes no todos llegan hasta las piedras. Sólo los nadadores, los audaces, los héroes; los demás, los humildes y los niños se quedan; miran desde la orilla, cómo los fuertes nadan en la corriente, donde el río es hondo, cómo llegan hasta las piedras solitarias, cómo las escalan, con cuánto trabajo, y luego se yerguen para contemplar la quebrada, para aspirar la luz del río, el poder con que marcha y se interna en las regiones desconocidas (Arguedas, 1958, pp. 68-69).

    Este fragmento, que es una belleza expresiva, menciona la dificultad de escalar las piedras para obtener una mejor vista del río. A pesar de los obstáculos, el esfuerzo es gratificante, ya que no hay mejor lugar para escuchar el sonido del agua. Al igual que con las piedras, no todos se atreven a profundizar en la cultura nativa y muchos se conforman con un conocimiento superficial, el cual no es del todo preciso. Arguedas ha señalado en varias ocasiones que la imagen del hombre andino ha sido malinterpretada, por lo que considera que solo las personas valientes se aventuran a explorar las raíces ancestrales de la cultura andina, reflejando la valentía necesaria para superar obstáculos y tener una comprensión más profunda de la vida en los Andes. Este pasaje resalta la naturaleza impactante de su narrativa, que fusiona de manera notable elementos naturales, culturales, lingüísticos y sociales, capturando así la complejidad de la vida en el Perú, así como el simbolismo de los ríos como portadores de las ancestrales raíces de la cultura andina y sirviendo como la identidad y conciencia cultural de Ernesto.

    Arguedas nos invita a reflexionar sobre cómo las dificultades nos impiden conocer realmente las ancestrales raíces de la cultura andina de nuestro Perú, las cuales han sido reflejadas de manera errónea. Asimismo, nos invita a conocer más de la cultura nativa, haciendo claro énfasis de que es algo inmenso que no llegaremos a conocer bien a menos que estemos realmente cerca. “Cerca” no quiere decir vivir en carne propia como tal, sino investigar a profundidad, leyendo cada una de sus obras que refleja verdaderamente la imagen del hombre andino, el cual, para el autor, representa la identidad cultural del país.

    Además de lo mencionado, el universo literario de José María Arguedas nos sumerge en un mundo lleno de simbolismo y nostalgia, aquí los objetos cotidianos cobran vida y también se convierten en metáforas de experiencias profundas y emociones complejas. En este pasaje de su obra, somos testigos del encuentro del protagonista con el zumbayllu, el cual es una fuente de alegría para Ernesto:

Encordelé mi hermoso zumbayllu y lo hice bailar. El trompo dio un salto armonioso, bajó casi lentamente, cantando por todos sus ojos. Una gran felicidad, fresca y pura, iluminó mi vida. Estaba solo, contemplando y oyendo a mi zumbayllu que hablaba con voz dulce, que parecía traer al patio el canto de todos los insectos alados que zumban musicalmente entre los arbustos floridos.—¡Ay zumbayllu, zumbayllu! ¡Yo también bailaré contigo!—le dije. Y bailé buscando un paso que se pareciera al de su pata alta. Tuve que recordar e imitar a los danzantes profesionales de mi aldea nativa. Cuando tocaron la campanilla para despertar a los internos, yo era el alumno más feliz de Abancay. Recordaba al “Markask’a”; repasaba en mi memoria la carta que había escrito para su reina, para su amada niña, que según él tenía las mejillas del color del zumbayllu. — ¡Al diablo el “Peluca”! —decía—. ¡Al diablo el Lleras, el Valle, el Flaco! ¡Nadie es mi enemigo! ¡Nadie, nadie! (Arguedas, 1954, p. 140).

Ilustración: Víctor Aguilar Rúa

    En este pasaje, el autor narra de manera vivaz cómo el protagonista encuentra sentido de pertenencia a través de aquel juguete. Asimismo, logra reflejar la alegría que sentía el niño cada vez que hacía bailar a su preciado zumbayllu, detallando cada emoción de forma concisa y pertinente, envolviendo al lector con aquellas palabras llenas de gratas sensaciones y emociones. Este bloque hace mención del zumbayllu, el cual es una especie de trompo que hace muy feliz a Ernesto, quien lo menciona en más de una ocasión en el transcurso de la novela. El juguete simboliza una profunda conexión con su herencia cultural; asimismo, se convierte en una extensión de su ser, pues en él halla una voz que le habla con dulzura y lo transporta a un estado de bienestar, sirviendo de puente para encontrar una propia esencia en el cual se resalta el deseo de Ernesto de preservar sus tradiciones.

    La forma en que el autor describe la interacción del protagonista con aquel juguete nos insta a considerar la importancia de apreciar y preservar nuestras tradiciones. Además, nos anima a encontrar la felicidad en cosas simples y a buscar una conexión con nuestra identidad cultural, descubriendo nuestra esencia en un mundo complejo lleno de cambios y avances rápidos. Esta reflexión resalta la necesidad de mantener un equilibrio entre la modernidad y nuestras raíces, reconociendo que nuestra cultura y tradiciones son fundamentales para nuestra identidad cultural.

    En conclusión, “Los ríos profundos” se presenta como una experiencia enriquecedora y reveladora que va más allá de la simple apreciación literaria. Esta obra maestra nos sumerge en las profundidades del mundo andino peruano, abriendo una ventana hacia una cultura vibrante llena de costumbres, mitos y conflictos sociales. La novela no solo nos ofrece una inmersión profunda en la realidad peruana, sino que también nos desafía a comprender y valorar la diversidad cultural como un aspecto fundamental de nuestra humanidad. Nos invita a reflexionar sobre la lucha por la supervivencia en un contexto de desigualdad, resaltando la valentía y la determinación incluso en aquellos aparentemente más vulnerables. Finalmente, la obra nos enriquece como individuos al conectar con la vasta herencia cultural del Perú y nos invita a conocerla para conservarla y preservarla.

Referencias

 

Arguedas, J. (2010). Los Rios Profundos. Linkgua. Recuperado el 29 de abril de 2024, de https://bpdigital.bnp.gob.pe/info/los-rios-profundos-00188194

Por qué es importante “Los ríos profundos”, de Arguedas, y la literatura neoindigenista. (2023, marzo 29). WMagazín. https://wmagazin.com/relatos/por-que-es-importante-los-rios-profundos-de-arguedas-y-la-literatura-neoindigenista/

 

 

 


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