OTRA EPÍSTOLA A LOS POETAS
Hasta cuándo la poesía será un espasmo
bullanguero
y no una flecha invisible que segmente las
melancolías del aire,
ser una memoria inocente y no un grito de
respeto.
Hasta cuándo hablaremos solo del amor con
presagios cursis
y no del sentimiento que desgarra.
Hasta cuándo escribir del “ego” y tomar
banales actitudes
provocarán el aplauso y no la perfecta
filosofía de una ciudad en ruinas.
Hasta cuándo la idea de poeta simulará la del
bufón.
Hasta cuándo impediremos que la verdadera
esencia del pensamiento
nos impulse a tomar conciencia y reflexión del
lenguaje.
Hasta cuándo Vallejo será solo el declamatorio
“Los heraldos negros”
y no la vibrante lanza de “Poemas humanos”.
Hasta cuándo celebraremos al Bécquer de las
rimas y al Neruda de los veinte poemas
y no al Scorza de “Los adioses” o el Leopardi
de los “Cantos”.
Hasta cuándo los jóvenes “poetas” serán
motivados
por la vehemencia del decir cualquier cosa
y no por la imagen del Rimbaud iluminado o el
Melgar en revolución.
Hasta cuándo buscaremos el argumento fácil con
versos
que pretenden inventar un nuevo lenguaje
cuando lo que hacen es repetir vulgares
fórmulas de imágenes tan maltratadas
que la misma poesía sabe odiar.
Hasta cuándo nos dejaremos llevar por el ego
de creer ser poetas rebeldes
hablando de prohibidos elementos cuando su
única prohibición
es no conocer la realidad.
Hasta cuándo el artista a puerta cerrada,
el mediocre de faldas cortas sin materia que
organice una fiesta
donde los conflictos sociales se permitan
fecundar una promesa.
Hasta cuándo seremos la mínima élite de la
sinceridad.
Hasta cuándo la “pose” de bohemio empedernido
será el mejor argumento para fundamentar aquel
talento que siempre falta.
Hasta cuándo el ostracismo y las variantes del
suicidio
serán alegatos suficientes para creer en el
mito
mas no en la esencia del arte.
Hasta cuándo se creerá que rebeldía es
insultar
y no criticar con sobria inteligencia.
Hasta cuándo se escribirá poesía sin antes
leerla,
sentirla, conocerla, respirarla, descubrirla,
sabiendo que el único maestro no es aquel que
abra un taller
sino el que hizo de su vida un fantasma
imposible.
Hasta cuándo la poesía será un pasatiempo y no
un oficio al cual respetar.
Hasta cuándo habrá gente que dice escribir
poesía
y no poetas.
OSCAR RAMIREZ (Lima – Perú,
1984). Docente de la especialidad de Lengua y Literatura. Viajero incansable, reside
por largos periodos en la ciudad de Trujillo. Dirige Ediciones OREM, editorial independiente
que viene difundiendo la obra de nuevos escritores a nivel nacional. Ha
obtenido diversos reconocimientos por su obra literaria; y sus textos, poéticos
y narrativos, se encuentran dispersos en publicaciones virtuales y físicas de
varios países. Realiza actividades de promoción cultural, así como de difusión
de la lectura, y dicta talleres de creación literaria a grupos de escritores
jóvenes. Eventualmente colabora con revistas y diarios a nivel nacional. Ha
participado de diversos eventos culturales en ciudades como Trujillo, Lima,
Chimbote, Cajamarca, Piura, Huánuco, Chiclayo, Tacna, Ayacucho, Huancayo,
Tarapoto, etc; y en países como Ecuador, Chile y Colombia. Durante los últimos
años ha laborado en la selva peruana como parte de su aprendizaje e
investigación sobre la cultura amazónica. Ha publicado los poemarios “Arquitectura de un día común” (2009),
“Cuarto vecino” (2010), “Ego” (2013) y “Exacta dimensión del olvido” (2019); y
el libro de cuentos “Braulio” (2018).
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