En el Perú, un 25.8% de los menores
entre 5 y 17 años trabajan (INEI, 2023). Esta alarmante cifra refleja una
problemática social profunda, presente a lo largo de la historia del país y
retratada literariamente en Los gallinazos sin plumas, cuento que representa
con crudeza la realidad de muchos niños peruanos. Esta obra fue escrita por el
reconocido autor Julio Ramón Ribeyro, quien nació en Lima el 31 de agosto de
1929 y falleció en París el 4 de diciembre de 1994. A lo largo de su carrera
escribió cuentos, novelas, teatro, ensayos, aforismos, correspondencia y una
autobiografía (incompleta). Además, incursionó en el periodismo, especialmente
durante su estancia en París, donde trabajó para France-Presse; también
realizó crítica literaria, como lo demuestra su participación en La caza
sutil. Fue consejero cultural del Perú ante la UNESCO en los años 70 y
participó activamente en revistas literarias como Letras Peruanas. En
cuanto a su motivación para escribir, Ribeyro
afirmaba que lo hacía para liberarse de emociones internas, conservar sus
experiencias y dar forma a sus ideas, buscando, a través de la palabra, una
manera de alcanzar la belleza, la transcendencia y la libertad. Recibió
importantes reconocimientos, como el Premio Nacional de Novela (1960), Premio
Nacional de Literatura del Perú (1983), Orden del sol (1983), Premio nacional
de cultura (1993) y Premio internacional Juan Rulfo (1994). El cuento motivo de
análisis fue publicado en 1955, pertenece a la colección La palabra del mudo
y presenta la historia de dos niños, Enrique y Efraín, quienes son maltratados
y obligados por su abuelo, Don Santos, a trabajar recogiendo basura con el fin
de cebar a un cerdo. La lectura de este cuento nos permite afirmar que el autor
muestra, con crudeza, la explotación infantil, el maltrato dentro del entorno
familiar y la pobreza extrema, tres realidades que, lamentablemente, aún
persisten en la actualidad.
Uno de los primeros aspectos visibles en
el cuento es la explotación infantil, representada en varias escenas donde los
niños realizan trabajos físicos desde una edad temprana. Un ejemplo claro se
encuentra en el siguiente fragmento: “Los obligaba a levantarse más temprano, a
invadir los terrenos ajenos en busca de más desperdicios” (Ribeyro, 2012, p. 2). En este caso, se muestra una realidad
de explotación infantil en la que los niños eran forzados a trabajar desde las
primeras horas del día en condiciones que vulneraban sus derechos y su
bienestar. En nuestra opinión, es inaceptable que la pobreza justifique forzar
a los niños a asumir responsabilidades que no les corresponden, negándoles su derecho a una infancia digna.
Esta realidad nos lleva a un cuestionamiento crucial ¿hasta qué punto la
necesidad puede ser excusa para explotar a un niño? Este primer aspecto ha sido
también abordado por diversos críticos, quienes, al igual que Ribeyro,
evidencian cómo muchos niños han sido históricamente empujados a trabajar desde
temprana edad. Por ejemplo, López (2012) menciona a menores
que, por orden de su abuelo, se encargan de recolectar desechos. Esta cita
confirma que la infancia de los personajes estaba marcada por la explotación
infantil, al ser forzados a recolectar, día tras día, desperdicios en zonas
alejadas, sin importar el peligro. En efecto, ningún niño debería cargar con tareas que destruyen su dignidad y
arrebaten su infancia, ya que, a su edad, deberían estar recibiendo educación o
jugando libremente en un parque ¿por qué naturalizamos el sufrimiento de los más
vulnerables, como si fuera parte de su destino?
Como segundo aspecto central visible en el cuento, está la violencia familiar, evidenciada en la relación entre Efraín, Enrique y su abuelo Don Santos. “Veía la vara alzarse y abatirse sobre su cabeza como si fuera una vara de cartón” (Ribeyro, 2012, p. 7). Esta cita revela cómo el protagonista percibe el castigo físico como algo habitual, casi inofensivo, lo que demuestra que ha sido expuesto repetidamente al maltrato. Consideramos que esta normalización del dolor físico resulta alarmante, pues la costumbre del abuso puede volver invisible la violencia. Es por eso que no debemos ser indiferentes al presenciar este tipo de violencia, ni dejar al niño sin herramientas para reconocer el daño que sufre. Nos preguntamos entonces ¿quién protege a los niños cuando su propia familia los agrede? De manera similar, se describe a estos personajes como expuestos a un entorno degradante marcado por el maltrato permanente (De Paz et al., 2024). Esta afirmación refuerza la idea de que el entorno familiar en el cuento está marcado por un círculo vicioso de violencia que impide cualquier posibilidad de afecto genuino. Desde nuestro criterio, este tipo de situación es profundamente injusta y desgarradora, pues vulnera emocionalmente a los niños y los priva del amor necesario para desarrollarse de forma saludable. Ante ello, cabe preguntarse ¿cómo puede un niño construir una vida sana si crece en un ambiente donde el cariño se reemplaza por el castigo?
Como tercer aspecto que destaca en el cuento de
Ribeyro, está la pobreza extrema, representada a través de detalles significativos
que muestran la precariedad en la que viven los protagonistas. Una escena lo
ilustra claramente: “Un día Efraín encontró
unos tirantes con los que fabricó una honda. Otra vez una pera casi buena que
devoró en el acto” (Ribeyro, 2012, p. 2). Este fragmento retrata la urgencia
con la que el personaje se alimenta, lo que evidencia una carencia total de
recursos básicos, especialmente de alimento. Esta situación es profundamente
dolorosa y refleja una alarmante indiferencia hacia las necesidades más básicas
de la infancia. Se trata de una condición que debería conmover e interpelar a
cualquier sociedad que aspire a la equidad. Ante ello, surge una pregunta
importante ¿qué consecuencias tiene crecer sin acceso a lo justo o suficiente?
En relación con esto, Peñalta (2017) menciona que, más que un hogar, el espacio
se configura como un escenario de carencias económicas, privaciones alimentarias
y agresiones corporales. Es decir, el espacio doméstico no cumple con la
función protectora, sino que se convierte en un territorio de precariedad y
abandono. Por eso, ningún niño debería
crecer en un ambiente en el que la miseria, el maltrato y la indiferencia sean parte de una
rutina diaria, pues eso no solo afecta su presente, sino
que también condiciona su futuro. Entonces, nos preguntamos: ¿por qué un hogar, que
debería ser un lugar seguro, se convierte en un espacio de sufrimiento y
castigo?
En
conclusión, el cuento “Los gallinazos sin plumas” de Julio Ramón Ribeyro
nos enfrenta con una dura realidad en la que la explotación infantil, el
maltrato intrafamiliar y la carencia total de condiciones dignas de vida
afectan profundamente a los personajes principales, quienes representan a
muchos niños en situación de vulnerabilidad en el Perú. A lo largo del relato,
se evidencia el trabajo forzado impuesto a los menores, el maltrato físico y
psicológico por parte de su propio abuelo, y una necesidad extrema que los
obliga a sobrevivir en condiciones infrahumanas. Estas tres problemáticas, aún
presentes en nuestra sociedad, no solo privan a los niños de sus derechos
fundamentales, sino que también los condenan a repetir ciclos de pobreza,
violencia y exclusión. Frente a este panorama, nos queda una interrogante
urgente y necesaria, ¿qué acciones debe asumir el Estado ante la problemática?
Referencias bibliográficas:
De
Paz, O., Delgado, W., Mamani, A., Vega, J., & Pizarro, S. (2024).
Marginalidad Urbana en el Perú del siglo XX: Un análisis cualitativo de” Los
gallinazos sin plumas” de Ribeyro. Ciencia Latina Revista Científica
Multidisciplinar, 8(4), 1-20. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=9762615
López, S. (2012). Lo humano y lo
animal. Meditación semiótica sobre “Los gallinazos sin plumas” de Julio
Ramón Ribeyro. Letras, 83(118), 7-64. https://www.academia.edu/download/108664539/letras01v83n118_2012.pdf
Peñalta,
R. (2017). Entornos hostiles en tres cuentos de Julio Ramón Ribeyro: «Los
gallinazos sin plumas», «Interior “L”» y «Mar afuera». En
Guijarro, L & Iturméndi, M. (Eds.), La ciudad como espacio plural en la
literatura: convivencia y hostilidad (pp. 239–265). Peter Lang. https://docta.ucm.es/rest/api/core/bitstreams/562459af-0fee-4e75-9dfe-2e7056a0c49f/content
Ribeyro, J. (2012). Los gallinazos sin plumas
[cuento]. En Los gallinazos sin plumas. Lima, Perú. http://www.letras.ufmg.br/padrao_cms/documentos/profs/romulo/losgallinazossinplumasJulioRamonRibeyro.pdf
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