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lunes, 2 de noviembre de 2020

ANTONIO CLAROS - 5 POEMAS (SERIE: RESCATE POÉTICO)

 




La ceniza tiene sus propias lámparas

 

 

La ceniza tiene sus propias lámparas
Invade la ciudad como una reina de alegres escombros
Necesarios para ver un paisaje sin inmutarse
Y todo prosigue en la mansedumbre de un establo
La soledad se atiborra de tiendas veraniegas
De buhoneros gente sin ventanas
Entrando y saliendo de espejos giratorios
Como cinemas de función continua
La conciencia se pudre y en otra escena
Un montón de siglos es un granero alto
Como un árbol de lluvia Que es recibido con euforia.

 

Creerás que siempre he de contemplar ese diorama fabuloso del amor

 

Creerás que siempre he de contemplar ese diorama
Fabuloso del amor
Y me obligarás a degollar esa golondrina
De la lluvia y a remar en resecos veranos
Es un círculo vicioso presentarte con ese viejo
Museo de parábolas
Absurdo es cómo tu tiempo amordaza y cincela
Una guirnalda de sueños sobre esas naves
Sería mejor hacer flotar el humo en la ventana
Mientras arrastro lejos esa tempestad
Pero no podré seguir acariciando tu cuerpo
De yeso ni oiré más ese zumbido en la noche
Ya te dije que me hundiré
En la grama devorado por el fulgor de una amiba.

 

 

 

 

Hemos arrastrado el cadáver de una primavera

 

Hemos arrastrado el cadáver de una primavera
De ojos muy tristes y pasamos el tiempo regando
Esta noche con esa agua luminosa del presente
Que parece oscilar como una ventana
Una alegre fogata de viento azul golpea
Sus cristales y acaba por enredarse
En todo el árbol nebuloso de la casa
Los tranvías doblan por una esquina y continúan
El circuito marcado pero quizá se trate
Del buen comportamiento de un ectoplasma visual
Corren nuestros pies embalsamados hacia donde
Los perros saben lo que ladran y escarban
Un gran reloj se entierra en el mundo
Y peina estas horas con una vieja lámpara que humea
De nada sirve hurgar el lecho de un amante
Que ahora se levanta entre la espumosa
Muchedumbre de las sábanas
Donde alguien reclama su presencia.

 

 

PODRÁ SER UN HORIZONTE donde el tiempo
y el espacio cuelgan sus sábanas.
Pero esos alambres del viento se oxidan
o están averiadas las baldosas del cielo

Varias noches no puedo dormir a causa
de esa densa filtración

Gota a gota como los segundos
de una clepsidra viciosa
caen y forman un pantano

El corazón no puede ser otra cosa
que un triste loco vociferando

en las farmacias de la noche?

 

 

CABE OTRO VIVIR INESPERADO

Ganarles la alondra para que la casa
cambie de aroma, de oscuridad.

Cabe otro vivir inesperado.

Tengo un monte oyendo a Mozart, otro que se remonta
hasta Plotino
y me aventuro

a cambiar de follaje.

Del violín

llega una delicia
y con su saber insondable
la noche limpia sus pasos.

Ganarles la alondra, con lo que
oímos al follaje, otra dicha
con más trinos.

 

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