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jueves, 3 de noviembre de 2022

Sidney Carton / La locura + Nostalgias - 2 Poemas.

 



La locura


Me desespera saber que estás del otro lado, amor mío. 

El sentirte mía y saber que eres plenamente ajena. 

¡Ay, amor! Me desespera esta esperanza burda de juntarnos. 

Este deseo tonto de encontrarnos a mitad del puente. 

Y ser felices colgados en mitad de la nada, cual astros del cielo.


¿Qué hora es? ¿Es tarde? ¡Esperemos que todos duerman! 

Yo te iré a buscar esta noche, por todos lados te buscaré. 

¿Dónde estás que no te encuentro? ¡Mi amor! ¡Mi amor! 

¿Acaso no escuchas este llamado agónico y triste? 

Mira que tengo sucias y doloridas las manos de tanto buscarte. 


Ya el rubicundo sol se dibuja por los cerros cotidianos. 

Hay tanto vacío entre el alba azul y el crepúsculo lúgubre. 

Todo es así desde aquel día que te fuiste, ¡todo tan triste! 

Odio el alba y su sol matutino, ¿a quién le gusta el tiempo canícula? 

En cambio, la noche, ¡ay la noche! ¡que hermosa es la noche!


Otra vez iré a buscarte, todas las noches iré a buscarte. 

No me cansaré jamás de buscarte; porque te extraño. 

Nadie sabe cómo te extraño, 

cómo me dueles en cada parte de mi ser. 

Tampoco me han visto buscarte por las noches, 

no han visto cómo te busco por las noches, ¡ay, mi amor! 

Ellos dirían que esto es locura, ellos no lo entenderían. 

Si se enteraran que te busco ya no me dejarían buscarte, ¡idiotas!


Perdóname amor, ya sé que estás enojada. 

Yo también metí tierra sobre ti aquella tarde de agosto. 

No sabía lo que hacía, te juro mi amor, ese día estaba loco. 

¡Perdóname! Ahora ya lo entiendo, sé que estás enojada por eso. 

Te extraño. Me dueles. Cómo me haces falta. ¡ay, que dolor! 

Esa ternura que sentía a tu lado, tan cálido eran tus brazos, 

ahora la noche solo es fría, triste, oscura, callada, fea…


Sé que estás bajo dos metros, recuerdo bien aquella tarde. 

Todos te enterramos en una cajita de madera áspera y fea. 

Te voy a encontrar, mi amor, ya solo me falta escarbar un metro. 

Ya sé que estás al otro lado, que no eres mía, ya lo sé. 

Pero voy a encontrarte y seremos felices colgados del tiempo.



Nostalgias


Después de un largo periodo de amor intenso, 

de amor mágico, de amor tierno, de amor amar; 

una tarde nostálgica le encontró en brazos de otra. 

Ella decidió que era mejor irse, largarse de su lado. 

Pero, ¿dónde estaría certeramente sin él? 

Ya no va a los lugares de siempre, los parquecitos son ahora lugares desconocidos, 

los cafés, los cines, los bares, hay que eludirlos, 

esos también tienen, desgraciadamente, algo de él.


Por las noches él se multiplica, 

tiene total libertad para vivir en ella,

 y total plenitud para vivir sin ella, 

¡Pobrecita! ¿cómo se larga uno llevándose todo?

 Hay que reemplazar los recuerdos: piensa.

 Se viste, se maquilla, se arregla: está bonita.

 Los hombres la coquetean, la invitan a salir, 

en plena plenitud ella decide que no, 

entiende que no quiere a nadie más que a él.


Se resigna y se decide a escoger a uno, 

con el tiempo le llegaré a querer, se dice. 

¿Será que el amor es cuestión de tiempo? 

De pronto está decida a elegirlo, luego piensa, 

¿el amor se elige? Se lamenta, pero se decide a estar con aquel. 

En ese amor vespertino que le ofrece aquel, 

ella intenta vivir sin recordar a él. 

¡Fracaso! ¡Total fracaso! 

En cada cosa que hace aquel está él. 

Aún lo quiere, lo acepta al fin.


¿En qué lugar estaría certeramente sin él? 

Siempre lo supo, o si no, era cuestión de tiempo. 

Pero hoy ya lo sabe: solo existe un lugar. 

Ella se mete en el armario, 

con un metal pesado acaricia la tentación, 

el olvido la seduce con su ancha felicidad,

 ella jala el gatillo… 

¡Por fin! Un lugar sin él.

Por ahí una notita sobre la mesa: 

“las nostalgias también matan, 

a veces las balas no, 

lo sé, porque yo morí de nostalgia”.


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Biografía: 

Nació en el año 2001, en algún pueblito lejano que se esconde entre cerros y neblinas. Actualmente vive en la ciudad de Trujillo, estudia la carrera de Derecho en la Universidad Nacional de Trujillo (UNT). Hasta el momento no ha realizado ninguna publicación, no obstante, ha escrito diversos cuentos y poemas. Le gusta el anonimato, ya que, quizá heredó, de alguna manera, el espíritu tímido y conservado de Ribeyro, por ello, todos sus trabajos siempre se publicarán bajo un seudónimo.

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