Massengrab
Por
las mañanas
el
Sol es una negra moneda devaluada:
cuando
despierto, me acompaña la copiosa y metálica basura
de Amazon
y Google, pereza compacta y sanguínea
brillando
en cerebelos y calles;
por
las tardes la ciudad
es
un yonki paranoico y lageado,
no
hay glándula ni puerto usb
que
resista el libre albedrío;
empero,
el escaso y costoso
zumo
de sampedro que bebo por las noches
genera
recuerdos holográficos
que
preceden a la Gran Tormenta Solar del 2092:
Contemplo
pájaros de agua, gentes saludarse;
oigo gallos cantar su espíritu de puente
su
adánica locura:
cocaína,
putas, curas sin cabeza
alternando
psicodélicas
junto
a
papayas,
bizcochos, abuelas;
la
locura es mago de profundas borracheras
soñando
vastas fiebres del Mesías;
la
Tierra es amplio y fértil paraje de contradicciones,
el
futuro pestañea como niño.
Desde
que la lluvia ácida devastó mi cerebro y mi edificio,
gotas
concentradas de carne de cannabis
que
aplico en mis ojos fatigados
posibilitan
que mis nervios panasonic contemplen
verdes
prados muertos y dormiten
como
ahora que sobrevuelan
enormes
helicópteros equipados
con
neurogepeeses
vigilando
el hipotálamo
de
humanos, cyborgs y androides.
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Autor: Alfredo Murillo